¿Cómo son tus emociones?

 

Último día de la primera semana: se presentaron 17 alumnos, de nuevo debido al frío, algunos de ellos están enfermos desde la semana pasada. Se siguió con las actividades programadas como rutina, se colocó la tarea en el escritorio para revisarla y registrarla.

Iniciamos con una breve sesión de Yoga, donde nos estiramos y relajamos los músculos para iniciar el día. Al finalizar, vimos el proyecto de Reconozco y representó un estado de mi país. Vimos unos platillos típicos, se escribieron sus nombres y pregunté qué platillos probaron y cuáles les gustaría probar. Realizamos una receta, cabrito asado, platillo típico del estado de Nuevo León. Para ello, se escribieron sus ingredientes y modo de preparación.

El siguiente campo a ver fue el de Saberes, en este solo se copió el material a utilizar para realizar nuestro propio dinamómetro casero. Los últimos dos campos fueron el de Ética, Naturaleza y Sociedades, en este se inició con el mural, principalmente lo realizarían en una caja de cartón, pero ese día muchos alumnos no traían consigo el material, así que me anticipé y conseguí papel craf, poco pero lo suficiente para realizarlo. Previamente se había seleccionado la violencia física y realizado un borrador, se hizo espacio en el centro donde se puso el papel, se acercaron los alumnos a empezar a dibujar y pintar su aportación al mural. Se divirtieron y convivieron de manera pacífica por un momento.

El último campo fue de lo humano y lo comunitario, se realizó la actividad del día 25, ya que decidí implementar más actividades para explorar sus emociones, cambiando la Sesión de Yoga en la comunidad escolar por una actividad en grupo, ya que los alumnos tienen mucho que aprender de sus emociones y cómo gestionarlas. En esta actividad, ellos le daban forma, color y estructura a sus emociones, poniéndoles nombres, para ello yo les presenté las mías, mi alegría se llama Lili, mi tristeza se llama Bruno, mi enojo se llama Oscar, mi miedo se llama Laura, mi amor se llama Loving y mi culpa se llama Eduardo. Ellos la realizaron y platicaron entre ellos cómo eran sus emociones. Para terminar el día, se puso en pose de flor de loto durante 10 minutos para tranquilizarnos, sonó la campana y fue la señal para irnos a casa.