Cierre del proyecto "Actividades Artesanales"
Después de haber compartido todo lo que aprendimos sobre el valor cultural de nuestras artesanías, los estudiantes se tomaron un momento para observar sus trabajos terminados. Al principio, algunos se veían un poco inseguros, como si no pudieran creer que realmente habían creado algo tan hermoso y único. Poco a poco, fui viendo cómo la satisfacción comenzaba a invadir sus rostros. Cuando les pregunté qué sentían al ver sus trabajos terminados, algunos dijeron que se sentían orgullosos, mientras que otros mencionaron que estaban sorprendidos de lo bien que habían logrado sus piezas, a pesar de lo difícil que parecía al principio.
Hubo quienes, al observar sus piñatas, comentaron que sentían una conexión especial con la cultura mexicana, ya que entendían que no solo habían hecho un objeto decorativo, sino que habían formado parte de una tradición que representa la celebración y la alegría de nuestras festividades. Otros, al mirar sus pulseras, dijeron que ahora comprendían lo que significaba el arte huichol y lo valioso que es este tipo de trabajo hecho a mano, donde cada nudo y cada hilo tiene un propósito y un significado.
Al escuchar las respuestas, me di cuenta de que muchos estudiantes no solo se sentían orgullosos por lo que habían creado, sino que también empezaron a comprender el verdadero valor de su trabajo. Cuando les pregunté por qué pensaban que estas artesanías deberían seguir existiendo en México, algunos estudiantes hicieron comentarios muy reflexivos. Algunos dijeron que las artesanías no solo deben existir porque son bonitas, sino porque son una forma de contar historias, de transmitir saberes que se van pasando de generación en generación. Otros mencionaron que al apoyar el trabajo de los artesanos, estamos ayudando a que no desaparezcan estas tradiciones.
Vi cómo algunos de los estudiantes más tímidos se animaron a hablar con más confianza sobre las artesanías y su significado. Uno de ellos comentó que, al aprender a hacer las pulseras, entendió lo difícil que es para los artesanos trabajar con materiales como el estambre, y cómo cada pieza de arte es única. Vi cómo la comprensión de la importancia de las tradiciones comenzó a crecer en ellos.
Al final de la actividad, se les pidió que pensaran en acciones concretas que podrían hacer para preservar las artesanías. Los estudiantes se mostraron muy comprometidos con la idea de difundir lo aprendido. Algunos propusieron comprar más productos artesanales en lugar de productos industrializados, mientras que otros sugirieron que podríamos organizar más actividades para enseñar a los más pequeños cómo hacer algunas de estas piezas.
Lo que más me sorprendió fue el entusiasmo con el que muchos se comprometieron a aprender más sobre las técnicas artesanales y a compartir esa información con sus familias. Un estudiante incluso dijo que iba a mostrar a sus padres cómo hacer un alebrije, porque ahora entendía lo importante que era preservar esa tradición. Fue increíble ver cómo su conciencia sobre la cultura mexicana crecía, y cómo se dieron cuenta de que ellos también podían ser parte activa de la preservación de esas tradiciones.
Al final, me sentí muy orgullosa de ver cómo todos, de alguna manera, entendieron que el trabajo artesanal no es solo un oficio, sino un legado cultural que debe ser valorado y preservado.
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